Piensos con insectos y mucha proteína

A su vez en el mismo informe se detallan las diferentes formas de venta de insectos: “ser enteros, en polvo o pasta, o como extractos de proteínas, grasas o quitina”. También se desarrollan los riesgos que pueden suponer para la salud en el caso de su incorrecta manipulación, como por ejemplo la contaminación de hongos, bacterias, parásitos, así como riegos de generar alergias.
AECOSAN afirma que “en la Unión Europea el sector dedicado a insectos comestibles, como cualquier otro sector alimentario, debe cumplir con un conjunto de requisitos higiénicos obligatorios establecidos en los Reglamentos 852/2004 (UE, 2004a) y 853/2004 (UE, 2004b), dentro de los cuales se encuentra el de elaborar, aplicar y mantener un procedimiento basado en los principios del sistema de Análisis de Peligros y Puntos de Control Crítico (APPCC). Asimismo, debe satisfacer las exigencias que en materia de trazabilidad impone el Reglamento (CE) Nº 178/2002 (UE, 2002). Para ello es relevante la elaboración de Guías de Prácticas Correctas de Higiene que ayuden al sector a comprender mejor las normas comunitarias relativas a la higiene de los alimentos, y aplicarlas de manera correcta y uniforme, así como Guías para la Aplicación de los Principios del Sistema APPCC, que orienten al sector a la hora de aplicar este sistema teniendo en cuenta la naturaleza y características propias del mismo.” (todo entre comillas)
Esta sería la hoja de ruta para las granjas, procesadoras y comercializadoras de insectos destinados a la alimentación humana.
También, debemos destacar que en dicho informe también se da una guía de buenas prácticas en el ámbito doméstico.